SIN EMBARGO, SON DOS ALTERACIONES DIFERENTES, QUEDANDO BIEN ESTABLECIDO QUE LA CELULITIS NO ES UNA FORMA DE OBESIDAD
A pesar de que el tejido afectado (grasa) es el mismo en ambos procesos, en la obesidad se produce simplemente un aumento del número o tamaño de las células adiposas mientras que en la celulitis ocurren una serie de cambios estructurales (lipodistrofia)
En la celulitis, la piel se palpa áspera y de consistencia aumentada; al pellizcarla tiene aspecto de “piel de naranja”, acompañándose, en ocasiones, de una sensación dolorosa. En la obesidad, la piel es suave y no se observa el signo de “piel de naranja” ni causa dolor.
Ahora bien, el término “celulitis” usado para identificar a esta afección no es correcto. Hasta la fecha las ciencias médicas no se han puesto de acuerdo en el término adecuado para nombrar a la celulitis. Se llama hodrolipodistrofia esclerótica. Esto se debe a que los médicos no consideran a la celulitis como una enfermedad, sino como una alteración estética. El problema estriba, como su nombre lo menciona que se encuentra a nivel subcutáneo.
En el caso de la cosmetología se ha trabajado el edema por medio del drenaje linfático, pero no se ha hecho nada al respecto de la gelidificación ni de la fibrosis, por ende se tiene beneficios parciales.
La celulitis afecta casi exclusivamente a las mujeres, y generalmente hace su irrupción en la pubertad. Se acepta que alrededor del 90% de la población femenina padece de cierto grado de celulitis.
Es común observar cómo se confunde celulitis con obesidad. Sin embargo son dos alteraciones diferentes. Comparadas con el 28% de mujeres adultas norteamericanas que son consideradas obesas, las afectadas por celulitis llegan a ser el 90%.
Para entender mejor el complejo mecanismo de la formación de la celulitis, es necesario recordar algunas particularidades estructurales del terreno afectado. En algunas regiones ginoides (pelvis, muslos y nalgas), la mujer posee 5 veces más células grasas y de mayor tamaño que en las demás regiones del cuerpo. Así también se comprueba una morfología especial en la micro circulación cutánea. Estas condiciones existen en la niña desde su nacimiento y en la pubertad, debido al estímulo hormonal, producen mayor almacenamiento de grasa y retención hídrica intersticial.
En condiciones normales, a nivel de pequeños vasos capilares, el sistema arterial se une al sistema venoso, la sangre nunca queda libre en el organismo. En esta zona de unión, los vasos dejan un líquido incoloro (líquido intersticial) que rodea a todas las células del cuerpo. En este líquido se encuentra lo que necesitan y expulsan sus desechos, volcándolos luego en el sistema venoso. Pero el líquido intersticial no es reabsorbido totalmente; este resto es recogido y drenado hacia unos canales linfáticos.
La primera alteración de la celulitis es el entorpecimiento en el drenaje linfático. El tejido conectivo queda entonces infiltrado por este líquido. Estamos en la fase congestiva simple, que puede ser transitoria o permanente. Se constituye de esta manera un auténtico círculo vicioso que lleva a algunos autores a decir metafóricamente que “la celulitis tiene la propiedad de producir más celulitis”.
CLASIFICACIÓN DE LA CELULITIS.
Según su localización se clasifica en:
Celulitis generalizada: En general afecta a las mujeres obesas, se acentúa más en los miembros inferiores acompañada ya de trastornos circulatorios. Evolutivamente se va agrandando con las distintas etapas de la vida de la mujer (menstruaciones, embarazos, menopausia). La obesidad sigue siendo un acompañante inseparable.
Celulitis localizada: Es importante su conocimiento, ya que los fenómenos dolorosos que origina, pueden dar lugar a errores diagnósticos..
Según su consistencia se clasifica en:
1.- Forma dura
2.- Forma flácida
3.- Forma edematosa
4.- Forma mixta
Forma dura. Se le observa en mujeres jóvenes de la vida activa, que suelen practicar gimnasia, danza o deportes, con tejidos firmes y buen tono muscular adherida a los planos superficiales y profundos. Cosmetológicamente es el tipo de celulitis más difícil de tratar, ya que involucra sobre todo al tejido fibroso y no hay cremas que hagan algo al respecto.
Forma flácida. En las de la vida sedentaria o en las que, a causa de tratamientos para adelgazar perdieron bruscamente muchos kilos de peso y lo recuperaron al abandonar el mismo. En cualquier tratamiento que involucre la flacidez, ya sea lipodistrofia o celulitis, se debe tratar antes la flacidez con terapéuticas adecuadas. Antes de pasar a otro punto.
Forma edematosa. De aparición precoz, en la pubertad generalmente. Los miembros inferiores, afectados en su totalidad, se presentan uniformemente aumentando de volumen sin deformaciones groseras. Se acompaña de pesadez en las piernas, dolor y dificultad para movilizarse, por lo cual constituye una variedad altamente incapacitante. A nivel cosmetológico, es la más fácil de tratar pues responde favorablemente a los masajes de drenaje linfático. De igual manera se puede tratar con tratamientos de tipo deshidratación como son: vendas con sales, lodos, algas marinas, etc.
Forma mixta. Casi siempre las formas no son puras, como: dura en la parte externa del muslo y flácida en la interna o bien dura en las piernas y flácida en la región pelviana y abdominal. Esta es la más noble con relación a las terapias, ya que sufre de tantas alteraciones que se puede aplicar cualquier terapia respondiendo a los tratamientos cosmétologicos favorablemente.
Si dudas de que puedas tener la tan temida celulitis, hazte una maniobra explorativa: Comprime presión sobre un miembro inferior entre los dedos pulgar e índice, por ejemplo, el muslo ¿Qué ocurre? Si la piel toma un aspecto acolchado o se forman pequeños bultos o depresiones, como los que se observan en una naranja, definitivamente es celulitis.
Ahora bien, es importante tomar en cuenta el papel que la herencia juega como factor predisponerte. El desarrollo de la celulitis, tras la pubertad, dependerá de la existencia de factores desencadenantes y/o agravantes.
Asimismo, se debe tomar en cuenta que predisposición no es predestinación y todo lo que se haga para corregirla significa un desafío.
Si hay que atacarla, cuanto antes se comience, mejores serán los resultados.
En la actualidad, se busca de todo con tal de modificar ese aspecto de piel de naranja, lo cierto es que con los tratamientos adecuados se puede limitar su acumulación, frenar su extensión y prevenir sus complicaciones pero no se puede modificar el carácter morfológico y de eso hay que estar bien convencidas.
